Si queremos cuidar de nuestra salud en todas las áreas de nuestra vida, la neuroarquitectura es el paso siguiente que debes conocer.
Hoy te explicamos cómo esta aplicación de la ciencia nos ayuda a promover el bienestar y mejorar la calidad del sueño en cualquier de las habitaciones de nuestro hogar.
¿Estás buscando mobiliario juvenil en Madrid? Antes de comprar, descubre cómo elegir mejor gracias a la neuroarquitectura.
¿Qué es la neuroarquitectura?
Es una ciencia que analiza de manera objetiva y sistémica la manera en que los espacios modifican nuestras emociones y capacidades. Cuando hablamos de espacios nos referimos a entornos construidos, no naturales.
Podemos pensar que con comer bien, practicar deporte o cuidarnos es suficiente, pero el espacio en el que descansamos también es muy importante.
Por supuesto, la estancia más importante en este caso es el dormitorio, ya que es el lugar donde descansamos. En él pasamos un tercio de nuestro día y, en el caso de los niños y los jóvenes, más horas aún. En el dormitorio es donde leen, estudian, juegan, etc.
A la hora de estudiar un dormitorio se deben tener en cuenta:
- El nivel de interacción con el espacio
- El tipo de interacción
Cuestiones que analiza
Son varios los aspectos clave en los que se basa el análisis de esta ciencia que busca mejorar nuestro bienestar.
Aunque obviamente también influyen los gustos de cada persona, hay unas variables que resultan más recomendables y que te explicamos a continuación.
- Cortinas y persianas: ¿es mejor abrirlas o dormir en total oscuridad? Esta es una guerra en muchas parejas, ya que hay quienes necesitan de un poquito de luz para conciliar el sueño y quienes no pueden atisbar ni un reflejo. Pero ¿qué dice la neuroarquitectura? Pues bien, el cuerpo necesita oscuridad para dormir bien y no alterar sus ritmos circadianos. Sin embargo, si por la mañana la luz se va intensificando poco a poco, segregamos sustancias necesarias para el buen humor y el bienestar.
- Luz artificial: debería imitar la luz natural, es decir, cambiar de intensidad a lo largo del día. Actualmente esto posible gracias a la existencia de bombillas regulables también en temperatura de color. La luz fría nos impide fabricar melatonina, necesaria para conciliar el sueño.
- Colores: qué colores elegir para las habitaciones es siempre un gran quebradero de cabeza. En ello influye la cuestión estética, pero también la funcional y la que va a provocarnos mayor o menor bienestar. Las tonalidades que nos calman son aquellas que nos recuerdan a la naturaleza como los arenas, azules, verdes, rosas y amarillos suaves…
- Texturas: especialmente en el caso de las sábanas, las texturas influyen tremendamente en nuestro bienestar. Piensa que se trata de telas que están en contacto directo con nuestra piel o que bien percibimos todo el tiempo con nuestra vista. Elige textiles que contribuyan a la mejora de la atmósfera acústica además de la visual.
¿Cómo debe ser el cuarto de los niños?
Debe tener espacio para sus actividades favoritas y para el aburrimiento, estado en el que se desarrolla la creatividad.
- Cuando son pequeños, lo más importante es que el dormitorio esté hecho a su escala. Que todos los elementos de la habitación sean de su tamaño, accesibles y cómodos.
- En el caso de los bebés, optaremos por mobiliario ergonómico y adaptable que vaya creciendo con él.
- Para los que ya han crecido, adaptaremos de nuevo el cuarto a su tamaño y necesidades. Ya no son niños, por lo que podemos adecuar la decoración a su gusto, dejarles elegir y opinar, sin olvidar la importancia de incorporar elementos que generen una atmósfera de calma y bienestar.
Llevar una dieta variada, cuidarnos, hacer ejercicio, etc. son partes imprescindibles de nuestra salud, pero también es crucial crear espacios respetuosos en los que vamos a pasar gran parte de nuestro tiempo.
Para conseguirlo, personaliza y flexibiliza, son la clave de la neuroarquitectura para diseñar una habitación agradable en la que apetezca estar y descansar.