La importancia de intentar entender las necesidades emocionales de los niños

Muchos padres que se arman de paciencia leyendo manuales de filosofía y psicología infantil o que incluso acuden a un centro de terapias para peques afirman que sus hijos se portan mal para “llamar su atención”.

Y aunque en ocasiones es cierto que un niño buscará ser el centro de las miradas a través de un mal comportamiento, no quiere decir que siempre sea así ni que se deba dar por hecho que este sea el motivo que se halla detrás de cada mal gesto. Por eso, y siguiendo la línea de nuestro anterior post, hoy analizamos otros motivos que pueden hacer que un niño se porte mal y lo importante que es entender sus necesidades emocionales.

¿Qué les pasa por la cabeza a tus hijos cuando se portan mal?

Los adultos han incluido es su “repertorio de explicaciones mentales” que un niño se porta mal para llamar la atención como si de una verdad absoluta se tratara.

Sin embargo, es importante asumir que una conducta infantil disruptiva o negativa no siempre es una llamada de atención. Puede tratarse de una emoción mal gestionada, de unos límites mal establecidos por parte de los progenitores o de la reacción ante una vivencia novedosa que nunca habían experimentado.

Aunque lo peor de todo es la respuesta que viene después: al dar por válida esa supuesta llamada de atención, deciden que lo mejor que pueden hacer es ignorar al niño cuando justamente puede ser que necesite todo lo contrario: prestarle atención e intentar entender por qué se está portando así.

Por eso es importante no invisibilizar sus necesidades emocionales y tener presente que detrás de un comportamiento mezquino, desafiante, desobediente o incluso agresivo hay muchas explicaciones posibles y lo fundamental es dar con ellas.

Algunas causas que explican el mal comportamiento de los niños

Es evidente que cada niño o niña tendrá una casuística concreta que habrá que analizar para entender su comportamiento, pero estas tres causas suelen ser muy comunes:

1.- Mala gestión de las emociones

¿De verdad crees que un niño de dos años es capaz de controlar sus emociones y de utilizarlas en su beneficio para llamar la atención de sus padres? Es bastante improbable…

De hecho, es a partir de los 8 años cuando los niños empiezan a ser conscientes de sus emociones, distinguiendo lo que es una necesidad de un deseo. Por eso, no tiene sentido pensar que un niño de 2 años solo busca llamar la atención igual que un mal comportamiento en un niño de 8 años puede ser la consecuencia de no saber gestionar la frustración que siente cuando no obtiene lo que desea.

2.- Sentimientos de celos

La llegada de un hermano/a puede provocar los consabidos celos y hacer que un niño se porte mal, coja rabietas y se niegue a obedecer a sus padres.

La explicación que dan muchos padres es “busca llamar nuestra atención porque tiene celos de su hermano/a”. Y efectivamente, esos celos existirán y provocarán un mal comportamiento pero que en ningún caso debe aceptarse (son celos, así que ya se le pasarán) ni verse como una llamada de atención sin más sino como el resultado de una mala gestión de lo que ha supuesto la llegada de un nuevo miembro a la familia.

Si ignoras al niño y no le ayudas a comprender y regular los estados emocionales que ha producido ese cambio, harás que siga portándose mal y esté eternamente enfadado consigo mismo o con el nuevo mundo que le rodea.

3.- Educación sin límites

Cuando un niño se ha acostumbrado a hacer lo que quiere y cuando quiere, no se porta mal para llamar la atención: se porta mal porque se niega a no obtener lo que desea como siempre ha obtenido siempre.

Además, no debes olvidar que poner límites y establecer claramente qué se espera del niño en cada momento revierte en su bienestar psicológico. Es así como aprenden a relacionarse mucho mejor con el mundo.

Deseamos que este artículo te ayude a comprender que es importante indagar en las causas que hay detrás de un mal comportamiento y no recurrir a la explicación de siempre. Si estás viviendo una situación complicada con tus hijos, reserva una cita con nuestros expertos.